Nuestra Agrupación Musical incorpora a su repertorio una nueva marcha propia. Dicha composición, obra de José Bazalo Valero, viene a enriquecer el patrimonio musical de carácter propio de nuestra formación.
La marcha, bajo título Divina Providencia”, está dedicada a Nuestro Padre Jesús Nazareno de Viñeros, titular de nuestra Muy Ilustre, Antigua y Venerable Hermandad Sacramental de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Viñeros, Nuestra Señora del Traspaso y Soledad de Viñeros y San Lorenzo Mártir
Esta marcha se suma a “Señor de Carretería”, “Nostalgia de un Jueves Santo” (actualmente fuera del repertorio musical), ambas de Salvador Quero Morales, y a “La Mirada de Jesús”, obra de José Bazalo.
ANÁLISIS DEL SIGNIFICADO DE LA OBRA
Esta obra toma el nombre de la Iglesia en la que recibe culto el Nazareno de viñeros, ‘La Aurora y Divina Providencia de María’, y describe en sus compases la “Divina Providencia” De Dios sobre todos nosotros.
La marcha se desarrolla en la tonalidad de Do menor durante toda la obra, y consta de 4 partes. La marcha comienza con una introducción en la que los acordes crean tensión pero resuelven de manera rápida, esta será la base en la que se construye prácticamente la mayoría de la obra. Representa con la tensión las necesidades que se nos presentan en nuestra vida, y la respuesta De Dios para resolverlas.
Tras la introducción, entra el tema principal de la obra. La melodía es muy simple, formada en su mayoría por blancas y negras, que nos recuerdan a Jesús de Viñeros con su imponente paso cadencioso por las calles de Málaga. La tercera parte de la marcha comienza con unas trompetas con sordinas, que conforman un fondo de tensión, representando las dudas de los humanos en la fe, y toman la melodía protagonista los instrumentos más graves de la agrupación, con un fuerte de bajos, simulando el poder De Dios sobre el universo. El fuerte de bajos desenlaza en un canto lírico de la trompeta representando la divinidad de Dios, y le contestan a modo de reverencia y lealtad el mundo terrenal (las trompetas con sordina) y el mundo celestial (bombardinos).
Esta tercera parte termina repitiendo el tema principal de la obra, recordando de nuevo a Jesús de Viñeros. El final de la obra es un pasaje de disonancias, buscando crear cada vez más tensión que se resuelven en un acorde de Do Mayor que representa a Dios todo poderoso.